Ni
tú mismo sabes lo que es exactamente, pero está ahí. Incluso
cuando el silencio te habla durante meses, eso que hay permanece,
aunque tú no lo sepas.
Que
mi cuerpo solo pide tu voz al oído, las cosquillas hasta morirnos,
la misma noche en la misma playa, pero sin gente, sin llamadas y sin
prisa.
Hacerme
la dormida solo para que me observes como si fuera inalcanzable ,
como si solo pudieras tocarme sin ser tuya, pero estando en tu
mente, una mente que es más mía que de nadie.
Cada
calada nos acercaba más, y una vez cerca, ninguno daba un paso hacia
atrás. No sé cuántos besos tontos nos dimos, pero sí sé que me
gustaría repetirlos sin fin.
Recuerdo
con nostalgia el sonido del teléfono y los "te quiero" a oscuras que
se quedaron en nada. Pero da igual, el tiempo siempre gana y los
latidos nos pierden, mientras nosotros nos encontramos.
Que
cuando estamos juntos hay de todo menos calma, y sobran las palabras
y la ropa.
Mi
debilidad es tu sonrisa cuando me mira, me toca y atraviesa mi
espalda, cuando comienzan los puntos suspensivos y mi cabeza se
convierte en un caos.
Que
si mi voz suena bien, tu voz suena mejor que mis palabras, y tus
besos caminando por mi cuello suenan incluso mejor que todo eso que
acabo de nombrar.
Si
utilizase la razón esto sería una locura, pero me guío por
impulsos, y este impulso se ha convertido en mi locura preferida.Y
lo peor, o lo mejor de todo, es que esto no lo van a poder romper ni
personas, ni palabras, ni hechos, porque cuando nos vemos, la llama
se enciende y el mundo se apaga...y esa es una de las pocas cosas que sé
ahora mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario